El acoso moral puede considerarse como una forma característica de estrés laboral, que no surge por causas directamente relacionadas con el desempeño del trabajo o con su organización, sino que tiene que ver, tal y como señala Heinz Leymann, con “un temor psicológico en el trabajo que implica una comunicación hostil y amoral, dirigida sistemáticamente por una o varias personas, casi siempre contra otra que se siente acorralada en una posición débil y a la defensiva”.
Las consecuencias del acoso son muy variadas, no sólo el trabajador acosado sufre sus consecuencias, también la familia, amigos, etc.; la organización e incluso la propia sociedad se ve afectada por este tipo de comportamientos.
El trabajador acosado es quien vive la peor parte sufriendo daños tanto a nivel físico – psíquico, como social.
El acoso no tiene las mismas consecuencias en todas las personas; ya que cada individuo es distinto y dispone de diferentes recursos de afrontamiento.
La sintomatología que presenta la víctima del acoso es muy diversa. Las principales alteraciones psicológicas que presenta el acosado son:
- Dificultades de concentración y memoria.
- Irritabilidad.
- Sentimiento de amenaza.
- Alteraciones del sueño.
- Miedo acentuado y continuo.
- Ansiedad.
- Disminución de la autoestima.
- Miedo al fracaso.
- Reacciones paranoicas.
Pero el acoso no sólo provoca consecuencias psíquicas, las afecciones para la víctima son múltiples:
- Psíquicas.
- Físicas.
- Sociales.
- Laborales.
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