El acoso laboral es un problema grave, que no solo afecta a
las víctimas directas. Sus consecuencias negativas se extienden a su familia y
amigos, sus compañeros de trabajo, la empresa e incluso a todo el conjunto de
la sociedad, ya que genera unos altos costes asistenciales. En los artículos de
esta sección trataremos de exponer todas las consecuencias negativas de este
problema:
Consecuencias psicológicas:
El mobbing puede ocasionar en la victima
un trastorno de estrés postraumático, que se caracteriza por la
somatización del trastorno, los problemas emocionales, la depresión y la
ansiedad.
Depresión: El acoso laboral provoca pérdida de autoestima,
bajo autoconcepto, sentimientos de culpa… Si se prolonga en el tiempo, puede
desencadenar un cuadro depresivo grave.
Ansiedad: Las
victimas de mobbing pueden desarrollar un trastorno de ansiedad
generalizado, caracterizado por el miedo y las conductas de evitación, que
pueden, en los casos más graves, conducirles al suicidio.
Consecuencias físicas:
El acoso continuo y sistemático provoca graves
problemas a nivel físico(trastornos gastrointestinales, trastornos del sueño,
desajustes del sistema nervioso autónomo…)
Consecuencias familiares:
El acoso laboral puede provocar problemas en la
relación de pareja y repercutir negativamente en el desarrollo
psicológico de los hijos.
Consecuencias sociales:
Las personas que han sufrido mobbing pueden desarrollar
conductas inadaptadas desde el punto de vista social, que pueden ir del
aislamiento a la agresividad.
Consecuencias laborales:
Además de perder o tener que abandonar el puesto de trabajo
por causa del acoso laboral, muchas víctimas de mobbing encuentran serias dificultades
para volver a integrarse en un puesto de trabajo.
Consecuencias para la empresa:
La propia empresa puede sufrir muchas pérdidas por las
situaciones de acoso (pérdida de rentabilidad, mal clima laboral, deterioro de
su imagen pública…)
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